El piso de los cinco euros

Escrito en Sorteos

A finales de Mayo de 2008, un hombre al que la hipoteca y el paro le acercaban a una situación insostenible, decidió liquidar sus deudas de una forma ingeniosa: sorteando su piso online.

Decidió vender papeletas a cinco euros cada una. En el momento que se vendieran todas, se sortearía el piso y el ganador se quedaría con él, sin tener que pagar hipoteca, por cuanto con el dinero de las papeletas se zanjaría la deuda.

La idea era indudablemente ingeniosa y no sé a ciencia cierta cómo, pero consiguió una repercusión mediática extraordinaria: hablaron del sorteo en televisiones nacionales y en los principales periódicos del país. En apenas tres días había vendido ya 11.000 papeletas, levantando la friolera de 55.000 euros.

Pero los mismos medios que ensalzaron tan ingeniosa idea, pronto empezaron a atacarla. Primero fue tirando de calculadora. Según el testimonio de Miguel Marina, el subastero detrás de esta idea, la deuda pendiente de saldar con el banco era de 200.000 euros. Sin embargo se vendían 64.000 papeletas, que si las multiplicamos por los cinco euros que costaban nos metemos en 320.000 euros. Lo cual da para pagar la casa ¡Y empezar a pagar otra!

Pronto la admiración se convirtió en envidia, si se hacía para evitar un embargo la idea era honrosa, si se obtenía un beneficio, por pequeño que fuera, se convertía en deleznable.

Y entonces, apareció Hacienda. Quizás por una denuncia anónima, el caso es que cualquier hijo de vecino se había enterado del caso de Miguel Marina y Hacienda le explicó mediante requerimiento legal que si quería sortear algo ellos, que somos todos, tenían que cobrar su parte. Y es que para hacer un sorteo legal hay que seguir una serie de requisitos oficiales, entre los que está una publicitación clara y pública de las bases, además de tener que pagar los impuestos correspondientes.

Poco tiempo después Miguel Marina tenía una serie de requerimientos judiciales que le exigían el pago de estos impuestos. Además, obtuvo una pésima imagen porque los mismos medios de comunicación empezaron a hacer leña de este árbol caído. La gente le deseaba lo peor y ante estas, Hacienda es implacable.

Hasta aquí la historia que todos conocemos. Lo que pasó luego es que Miguel Marina tuvo que mandar un escrito a los Organismos Oficiales, tratando de interrumpir las sanciones que se le avecinaban. Y por supuesto, tuvo que detener el sorteo.

Para más inri el banco donde se habían ingresado todas las participaciones congeló la cuenta, por lo que este dinero tampoco estaba a su disposición. Según él cuenta en su página web, ha sido el propio banco el encargado de devolver estos ingresos, uno a uno. Aún hay dinero que no ha sido posible devolver, al no estar seguro del dueño. Pero apenas quedan unos 2.000 euros.

Miguel Marina perderá el piso, y posiblemente Hacienda no haga la vista gorda ante la sanción pertinente. En un movimiento desesperado Miguel Marina ha optado por una nueva forma de recuperar su vida: Un no sorteo.

Es decir, compras una papeleta pero esta vez no se sortea nada. Es una forma de donación para evitar que se vaya a pique. Sin repercusión mediática alguna, además de la falta de incentivo, esta idea está condenada al fracaso. En el blog de Miguel Marina explica otra idea: a cambio de la donación para el no sorteo puedes enviarle una foto tuya y con ellas él empapelará el piso. Demasiado bizarro.

A pesar de que la picaresca española sea más motivo de vergüenza que de orgullo, en este caso el ingenio merece algo de reconocimiento. No digo que Miguel mereciera librarse de la hipoteca de una forma tan aparentemente sencilla, sino que tampoco es justo que se le machaque por haber tenido una mala idea. Un hombre en problemas que ha luchado de forma honrada por salvar su futuro. Quizás su mayor error fue el número de papeletas. Si hubieran cuadrado con la deuda, quizás hoy tendría menos preocupaciones en la cabeza.

Como él mismo cuenta, otros han copiado la idea y sin tanto boom televisivo, parece que la podrán llevar a cabo.

La historia de Miguel la cuenta él mismo en la página del sorteo.


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3 comentarios for “El piso de los cinco euros”

  1. […] Cómo acabó el piso de los cinco euroswww.sortea2.com/blog/?p=111 por harrisong hace pocos segundos […]

  2. Ahmad dice:

    No se si soy BICI genia pero sed soy BICI adicta =) desde que en normeibve 2011 me reencontre con la bici y pense9.. a ver q onda ir a laburar en bici ? No pare9 mas todos los dias Colegiales-Plaza de Mayo! es un placer! tardo menos que en subte y puedo RESPIRAR!!!Un placer poder participar!! Hay otra calle muy amigable Teodoro Garcia.. tiene una trepada linda de empedrado, pero esta muy buena y los conductores respetan bastante a los ciclistas!