Ya se ha celebrado el Sorteo de la Lotería de Navidad y se puede hacer un balance de los resultados del año. Es curioso que se han pasado desde Septiembre bombardeándonos con noticias de que a pesar de la crisis, se estaba vendiendo más lotería que nunca. Han sido tres meses reiterativos de que las loterías y los juegos de azar funcionan mejor en tiempos de crisis. Para luego de golpe y porrazo, dos o tres días antes de que se celebre el sorteo decir la verdad: las ventas han bajado, exactamente un 3%.
En este contexto económico en que nos encontramos, de economía en contracción, gente que pierde sus trabajos y dificultad para conseguir clientes, me pareció digno de denuncia lo que vi el día antes del sorteo de la Lotería de Navidad del 2008.
Ese es el día en que se producen mayores ventas ya que existe una superstición de que cuanto más tarde se compre más probable es que toque. Además, mucha gente se desplaza a Madrid en los fines de semana de diciembre y aprovecha su visita para comprar lotería. Se forman unas colas larguísimas delante de la Administración de Loterías de Doña Manolita, por la fama que tiene (si es esta merecida o no, es algo de lo que ya escribiremos).
Estamos hablando de que a lo mejor hay que esperar veinte minutos para poder comprar un décimo de lotería de Doña Manolita. Por eso me pareció sorprendente encontrarme la Administración de Loterías de Doña Manolita cerrada justo el día antes del sorteo, el 21 de diciembre. Y es que se habían agotado los décimos.
Me parece por tanto necesario criticar el comportamiento de los responsables de esta Administración. Se ha vendido menos lotería que otros años pero se ha emitido tanta como otros, luego quedaban números por vender con total seguridad.
Sin embargo en una Administración que hace su agosto en diciembre, que puede vender tanto como quiera, por una inexplicable falta de previsión, se solicitaron menos décimos de los que se acabaron necesitando vender. Como ya digo, en los tiempos en que corren, el que no hace negocio por pereza, por dejadez o por falta de previsión, se merece todo lo malo que le pase.
Y es que igual llevaba la administración cerrada más días, lo que haría la situación aún más inexplicable. No se crea una ficticia escasez porque todo Madrid está lleno de décimos de esa administración que revenden gitanas por el centro de la ciudad. Es sólo que ellos podrían vender más y no lo han hecho porque no les ha dado la gana.
Así, se merece que no les toque ningún premio importante, como casi siempre, año tras año, a pesar de vender unas cantidades obscenas de lotería.